ZECA o CECA_ Llamase así en España, y particularmente
en Cataluña, a las casas de moneda. La palabra zeca se deriva de una
palabra árabe, que en castellano quiere decir Casa de Purificación.
Las casas de moneda se han llamado también Ingenio
La palabra ceca es una voz
árabe sikka (en árabe سكّة), que significa moneda y troquel. La voz
árabe forma parte también de la frase dar al-sikka (en árabe دار
السكّة) cuyo significado es literalmente «casa de la moneda». Un troquel es una
pieza frecuentemente cilíndrica hecha de metal duro con los mismos detalles y
forma que aparecerán en la moneda, pero en el troquel están incisos o en
negativo. El troquel se emplea en la acuñación de la moneda siendo
golpeado por un martillo y golpeando, a su vez, al cospel, que es la pieza
metálica, generalmente cilíndrica, que tiene dos caras y ambas son diferentes. Acuñar significa
batir, troquelar, imprimir por medio de cuño o troquel, es decir, darle forma y
relieve, por medio de un golpe o de presión, al trozo de metal que se pone
entre la sufridera y el troquel.
La fabricación de moneda, desde los inicios de su aparición
como medio de pago, fue un proceso artesanal, en medios apropiados en cada
momento y lugar. Con los griegos y romanos evolucionó en alguna forma, pero
hasta el siglo xvi la llamada acuñación se vino haciendo sin cambios más
destacables que los de anteriores épocas.
El monarca español Alfonso 6° dio el primer paso
en la modernización del proceso de acuñación pues fue el primero en acuñar
moneda propia y crear dos casas de moneda estables en las ciudades españolas de
Toledo y león Las monedas que salían de estos establecimientos se
llamaban moneda Regis o denarios Regis y se fabricaron con
una aleación de plata y cobre denominada vellón que es una palabra del idioma
francés billón que significa lingote Con los años, la plata fue
sustituida por acero y latón
Las cecas eran pocas y, aunque estables, seguían pareciéndose
más a un pequeño taller artesanal que a una fábrica importante de hacer dinero
Hasta que en 1553 un ingeniero alemán llamado brucher diseñó dos máquinas
que vinieron a revolucionar el proceso de acuñación. Una de ellas era
el Laminador, máquina accionada por un molino que conseguía laminas de
metal de un espesor constante cuando hacía pasar el lingote repetidas veces
entre dos cilindros o rodillos de metal duro. La otra era la Prensa
de volante que conseguía la fuerza necesaria para la estampación gracias a
la inercia de un gran volante.
Estas máquinas, de dimensiones considerables, debieron ser
instaladas en locales mayores en tamaño a los tradicionales talleres. A partir
de estos inventos, comenzaron a sucederse las mejoras en el proceso. En 1830
el ingeniero suizo Jean Pierre Doz inventó
el sistema de virola partida, con lo cual se conseguía acuñar las dos
caras de la moneda a la vez y también el canto o borde de la moneda.
La acuñación del canto era de gran importancia. Las monedas
antiguas llevaban el cuño por ambas caras, con el cual el rey garantizaba el
peso en metal de la moneda, pero quedaban unos rebordes más o menos
grandes e irregulares. Una manera de robo era recortar moneda, de
modo que con varios recortes se tenía metal para hacer otra.
Es un dicho muy común entre los hispanohablantes y significa
ir de acá para allá, algo alocadamente. Pero hay que tener en cuenta que ni
ceca quiere decir en este caso “casa de moneda”, ni meca es la ciudad sagrada
de los musulmanes. Es más, es un dicho que ha venido reflejándose siempre sin
el artículo “la”, que es algo añadido recientemente. Se decía “andar de ceca en
meca”. En el quijote de Cervantes pone en boca de sancho
Y lo que sería mejor y más acertado... fuera el volvernos a
nuestro lugar... dejándonos de andar de ceca en meca y de zoca en colodra, como
dicen. (Parte 1ª, capítulo 18).
Se trata simplemente de dos palabras empleadas como adverbio
de lugar, palabras que suenan bien y que se emplean para enfatizar como tantas
otras, por ejemplo, oxte ni moxte, el oro y el
moro, tiquis-miquis, teje-maneje, troche y moche... Los lingüistas
hacen la observación de que casi siempre la segunda palabra empieza por m.
Hay quien sostiene que el dicho sí tiene que ver con sus
significados puesto que con él se quiere indicar que se anda de lo mundano y de
lo apegado a lo material (casa de moneda) hacia lo espiritual y a lo religioso
(ciudad sagrada para los musulmanes, Por lo tanto tiene un sentido de crítica a
quienes quieren hacer ver a los demás que tienen valores morales, sin tenerlos,
pues su única moral es amontonar dinero y propiedades.
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